“Que es necesario estimular la transición hacia la producción agroecológica a nivel mundial no sólo en la zona donde el uso de agrotóxicos está prohibido sino también por fuera de ella, comenzando de esta manera un camino de transición hacia un nuevo modelo de agricultura.” La afirmación se lee en la ordenanza 92/2025 que el Concejo Deliberante de Saladillo votó por unanimidad a partir de una propuesta presentada por el grupo socioambiental Ecos de Saladillo, que hace más de 20 años promueve y produce alimentos agroecológicos para los vecinos de esa localidad bonaerense.
“La ordenanza votada es contundente. Reconoce la necesidad de iniciar una transición hacia otro modelo socio productivo, propone a la agroecología como un sistema con varias dimensiones (social, económica, productiva, ambiental) y capaz de ir avanzando en el territorio para producir, en las zonas de exclusión de fumigaciones y en las zonas rurales, alimentos sanos en equilibrio con el ambiente. Además reconoce el rol del Estado en la promoción”, celebró Gabriel Arisnabarreta, ingeniero agrónoma, integrante de Ecos de Saladillo y productor del tambo agroecológico La Bonita.
La iniciativa municipal que crea el “Programa de Promoción de la Producción Agroecológica” fue votada de forma unánime el pasado 25 de noviembre por los bloques de Unión por la Patria, Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza, que reúnen al total de los ediles locales. Era la segunda vez que Ecos de Saladillo presentaba la iniciativa para apoyar y fomentar la producción agroecológica en la localidad dominada por el cultivo de soja y las empresas de engorde a corral de ganado, que identifica a Saladillo como “la capital del feed loot”.
La titular del bloque de Unión por la Patria, Silvina Cotignola, fue la que impulsó el tratamiento de la iniciativa en la Comisión de Producción, mientras que el respaldo de las dos bancadas de derecha validan el trabajo de los productores agroecológicos frente a los embates que buscan denostar los alcances logrados por este modelo productivo. “Valoramos los años de investigación y de lucha sobre estos temas. Es por eso que desde nuestro bloque acompañamos esta nueva ordenanza”, reconoció el edil Mauricio Dolcce (Juntos por el Cambio) durante la sesión.
“El Concejo Deliberante votó la ordenanza de fomento a la agroecología, reconociendo además los aportes de Ecos de Saladillo y el trabajo que el grupo realiza desde 2004. Agroecología dejó de ser una mala palabra”, destaca Arisnabarreta.

¿Cómo fomentará la agroecología la ordenanza?
El texto aprobado reconoce a la producción agroecológica “como un sistema de producción de alimentos que se basa en los principios ecológicos, sociales y culturales, buscando mantener el equilibrio de los ecosistemas y promover la sustentabilidad económica, social y ambiental”; pero sostiene dentro del alcance de la norma a otras prácticas agronómicas hermanas como la permacultura y la biodinámica y también la orgánica, ya reconocida a nivel nacional y nivel provincial con leyes propias.
A diferencia del histórico modelo de producción orgánica en el país, que tiene como principal destino las exportaciones, la ordenanza reconoce el rol del Estado municipal y provincial en fomentar este modelo para cumplir sus objetivos intrínsecos: “abastecer de alimentos sanos y diversos a la comunidad local, para proteger el ambiente, favorecer el desarrollo local, generar trabajo y garantizar la Soberanía Alimentaria”.
La organización Ecos, la Feria Verde local y el tambo agroecológico La Bonita son una referencia en Saladillo, con más de veinte años de trabajo, ahora la ordenanza permitirá tener información sobre el resto de las experiencias de producción “sin la utilización de insumos de síntesis química ni organismos genéticamente modificados, permitiendo así una alimentación sana, segura y soberana”, como figura de manera excluyente en la definición del modelo de producción que respaldará el municipio bonaerense.

Para ellos se creará el Registro de Producción Agroecológica, el que podrán anotarse producciones ya en curso –o sea con, al menos, una cosecha–, bajo las mismas directrices y en coordinación con el Registro Voluntario de Productores Agroecológicos que el Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense tiene en marcha desde 2020. Quienes queden inscriptos en este registro podrán acceder a capacitación y asistencia, a la red de Facilitadores en Agroecología bonaerense y la articulación con el INTA.
Para fomentar la comercialización local de productor a consumidor se fomentará la realización de ferias y los productores podrán acceder a los permisos de venta ambulante. Además, tendrán beneficios impositivos locales con exenciones de la tasa de red vial municipal y/o seguridad e higiene. Esto será por escalas: los productores de entre 150 y 349 hectáreas pagarán el 25 por ciento de esas tasas, mientras que los de menos de 25 hectáreas podrán quedar eximidos en un 100 por ciento.
“Todo lo que se viene trabajando en forma colectiva e incansable desde los movimientos socioambientales claramente no es en vano, lleva su tiempo y el triunfo aparece a veces cuando menos lo esperamos”, destaca el ingeniero agrónomo y productor de La Bonita.
El camino es la agroecología
Otros dos puntos son importantes en la ordenanza sancionada por el Concejo Deliberante de Saladillo. El que asegura el acceso al crédito para los productores agroecológicos, asegurando un 30 por ciento de los fondos destinados por el municipio al Fondo de Producción Sustentable, y el punto que sostiene que la producción agroecológica será promocionada no solo en los predios cercanos al casco urbano sino también en la zona rural del municipio.
Estos puntos tienen relación con la historia que llevaron los productores y ambientalistas reunidos en Ecos de Saladillo hasta el día de la aprobación. El Fondo de Producción Sustentable fue creado para cumplir con la ordenanza 113/2023 del “Programa de Promoción de la Producción Agropecuaria Sustentable”, una ordenanza aprobada luego de que, en 2017, la organización como parte de la campaña “Sumá a tu ciudad a la agroecología”, presentará el proyecto de fomento.
“Tuvimos que insistir, varias veces, durante ese año y el siguiente para que por lo menos se leyera la ordenanza y se comenzara a discutir”, recuerda Arisnabarreta y agrega una dato de color del debate posterior con el gobierno local del aún intendente José Luis Salomón (Juntos por el Cambio), cuando el entonces director de producción les había dicho que “jamás iba a poner el nombre de ‘Agroecología’ porque le hacía ‘mucho ruido’”.

“Se pretendía incluir a las mal llamadas ‘buenas prácticas agrícolas’ y también maquillar de verde a los feedlots y otras producciones animales intensivas a través de la generación de energía utilizando las toneladas de excremento que dichos emprendimientos acumulan”, recuerda de aquel debate inicial en el que se intentaba maquillar de “sustentabilidad” la propuesta de cambio de modelo.
En aquel momento, Ecos de Saladillo emitió un comunicado al respecto en el que advertía cómo se buscaba pasar de “ser productores de carne a productores de bosta”, ya que pasaba a ser más importante el excremento como subproducto para producir energía que el bienestar animal y la calidad de la carne. “Por supuesto que dicha ordenanza fue votada, y no tuvo ninguna repercusión, quedó en saco muerto”, explica Arisnabarreta, aunque ahora se logró modificar.
Agroecología en las zonas de exclusión y más allá
Tras ese primer intento, la organización continúo militando la agroecología y, cada sábado, en la Feria Verde de Ecos de Saladillo, que se realiza en el predio llamado La Balanza, ofrecía a los vecinos los alimentos agroecológicos producidos por pequeños productores y productoras de todo el país y con precios accesibles.
En marzo de 2023 volvieron a la carga para generar prueba de la necesidad de cambiar el modelo basado en agrotóxicos. Junto a otras organizaciones socioambientales y productores agroecológicos del centro y sur bonaerense pusieron el cuerpo para “mostrar a todo Saladillo, que nuestro pueblo no era una isla y que estaba sufriendo las consecuencias del agronegocio”.
La campaña consistió en realizar análisis de residuos de glifosato en la orina de la población de Saladillo. Se tomaron muestras de orina de 36 personas, de entre 20 y 70 años, que no padecían en ese momento ninguna enfermedad declarada, algunos del caso urbano y otros trabajadores rurales o pobladores. El 20 por ciento tenía glifosato en su orina.

Con esa información volvieron a presentar a presentar el proyecto de fomento a la agroecología y junto a otros dos: “Actualización de los límites de fumigación” y “Análisis de residuos de agrotóxicos en forma rutinaria en el agua de red y su publicación con libre acceso para la población”. Lo hicieron junto a estudiantes y docentes de la Tecnicatura Superior en Agroecología de Saladillo.
En 2024 se reunieron con los ediles, que se mostraron preocupados por la situación sanitaria y ambiental, pero no lograron que los proyectos sean tratados. En diciembre de 2024 acudieron al Concejo con una torta para celebrar el año de los proyectos sin tratar. En 2025 insistieron sin mucha esperanza, pero recibieron el llamado de la concejal Cotignola: “En la próxima sesión del concejo sale por unanimidad la ordenanza de fomento a la agroecología, no tiene todo lo que Uds. pedían, pero es lo que pudimos consensuar”.
En Saladillo, la ordenanza 40/2023 limita las áreas donde está permitido fumigar con agrotóxicos. El municipio mantiene la prohibición de fumigaciones terrestres a 500 metros del casco urbano y las aplicaciones aéreas a 5 mil metros. Mientras que para las escuelas rurales el límite es solo de 100 metros y para cuerpos de agua apenas 20 metros.
“La actualización que pedíamos tiene que ver con la actualización de la distancia terrestres, cuando la Corte Suprema bonaerense ya falló con jurisprudencia a favor de 1095 metros, con evidencia científica que prueba los efectos en la salud”, explica Arisnabarreta.
Aunque esa actualización no se trató en el Concejo, la ordenanza de promoción a la agroecología abre oportunidades de avanzar con la producción en las zonas de exclusión, sin limitarlas y fomentando también en zonas rurales. “La ordenanza da una salida en la zona donde no se puede fumigar con agrotóxicos, donde, en la actualidad, las chacras se estaban loteando para emprendimientos inmobiliarios. Ahora, con crédito y capacitación pueden producir de forma agroecológica para abastecer de alimentos al pueblo”, destaca el integrante de Ecos de Saladillo.
“Es un gran paso adelante y un gran triunfo de todo el movimiento socioambiental dentro de un contexto político muy adverso, en el que, entre represión y violencia, avanzan las actividades extractivistas. Un contexto en el que presentan proyectos regresivos y anticonstitucionales que pretender fumigar con equipos terrestres y drones a 10 metros de lugares habitados, de escuelas y cursos de agua; un contexto en el que una ley tan trabajada y necesaria como la Ley de Glaciares pretende ser volteada y donde la minería contaminante pretende avanzar sin límites”. En ese contexto, Saladillo tiene una ordenanza para fomentar un cambio de modelo socio productivo, “hay que pasar a la acción y avanzar en el territorio”.

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